El huevo como símbolo del origen y contenedor espiritual.
Concepto exterior del
proyecto. El huevo, la cuna y
el sepulcro.
Mircea Eliade afirma que en la pascua el huevo representa el
eterno renacer, es el símbolo de resurrección y a la vez el sarcófago de la
muerte. Los muros del sepulcro de Jesús son también el eterno lecho del
despertar. Cristo resucita rompiendo la lápida y la corteza del tiempo, abre el
sepulcro que es la caja de la eternidad y emerge a la vida como el ave Fénix.
Es una creencia antigua que todavía podemos observar en los efectos de los
albores del amanecer y que yo ensayé durante todo un año como queda registrado
en: http://fenixlacomella.blogspot.com.es
También Fénix renace del huevo, matriz original que él mismo
construye con sus cenizas recicladas, con incienso, cardamomo y otras especies
aromáticas. Con ellas hace un sepulcro para su padre, que es él en el pasado, y
lo transporta a la espalda hasta el templo del sol en Heliópolis (Egipto) Con
esas cenizas cálidas se hace, se reconstruye cada día entre los resplandores
del sol. Este hecho nos recuerda que somos Herederos
del Huevo Humano y de su Historia; el cromosoma eterno.
De este corto resumen
se desprende el presentimiento común de que tras la muerte nada termina, que
todo queda fermentado en la marmita de la vida y que la continuidad es posible en
el eterno renacer. En la obra de Bancusi el huevo se presenta como forma, pero
también es una matriz simbólica. Es una “forma viva” que nos acoge antes y
después de la vida consciente, es el espacio intersticial entre la memoria
mineral y la vida. Lo Humano también es parte del origen y regresa a él para
dormir en su eterna membrana; el huevo...
El proyecto en homenaje a Brancusi toma la forma exterior de
un templo pequeño y sencillo rematado en forma de huevo. El interior esta
ocupado con la escueta forma de una idea y en la ausencia total de ornamentos.
Se ha de ocupar con un símbolo elocuente, rotundo y fácil de recordar por mucho
tiempo, un contenido especial que nos ha de implicar como especie responsable
de los designios de la vida en la tierra. Todo el espacio queda ocupado con las
cinco piedras que forman la letra H, ellas configuran una pregunta complejas,
en algunos casos incontestable; ¿qué forma el abrazo con la vida? Son bloques
de granito definidos con cortes naturales en cantera, ellos han de saturar el espacio
por contraste y por sus dimensiones respecto a la escala humana.
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